SENSIBILIDAD

Casi a dos meses de mi partida de Armenia y llegada a Uruguay, recién hoy encuentro el valor para volver a escribir en mi diario. Diario que me acompañó durante los cuatro meses que estuve en Armenia.

La vuelta ha sido dura, muchas emociones, extrañar... Volver a encontrarse en el país de uno siendo otro, habiendo crecido y cambiado.

Les contaré algo de mi experiencia en Armenia pero antes tendré que remitirme a los orígenes, es que son fundamentales para entender el presente.

Crecí inmersa en una familia de descendientes armenios, un hogar repleto de símbolos, cuadros del Ararat y jachkares adornando las paredes. Algunos miembros de mi familia hablaban “hayeren”, para mi era el idioma de los secretos, el que usaban cuando querían hablar de algo que los niños como yo no podíamos escuchar, pocas palabras entendía en ese entonces.

De niña asistía a actividades de las comunidades armenias de Uruguay, pero siempre fue por obligación, para hacer feliz a mi abuela. Así que cuando comencé a tener un poco de control sobre mis decisiones las abandoné.
Hasta que descubrí la danza. La danza si me gustaba, no tenía que entenderla, solo sentirla y en eso de la sensibilidad siempre me fue muy bien... Había algo en mi que fluía despreocupadamente cada vez que escuchaba una canción armenia.

Pero nuevamente la tuve que abandonar, ese único vínculo que tenía con la cultura desapareció de mi vida y esta vez por la gran carga de actividades que tenía mi día a día. Mis gustos se empezaron a inclinar mas por el diseño y el dibujo y empecé a centrar mis energías en ese mundo.

Hasta que me encontré con Birthright Armenia, era perfecto. Ir a diseñar a Armenia? Claro que si! Una vez mas veía la posibilidad de encontrarme con la cultura y el país a traves de mis gustos... Y así fue, así de soñado fue. Cada día en Armenia marcó mi vida para siempre.

Es por eso que hoy quiero invitar a quien esté leyendo este texto a tomar coraje y dar el paso, hacer el intercambio es una oportunidad increíble y les aseguro que los hará crecer, en todos los sentidos, emocional y racionalmente. Y aunque las palabras no me alcancen para describir las vivencias les dejo el primero de los fragmentos que escribí estando en Ereván, a modo de hacerles sentir algo de lo que yo sentí... Y ustedes, qué sentirán?

MIRO HACIA ARRIBA - 16/02/2019
Es increíble este país y esta ciudad. Creo que se me va a hacer muy difícil documentarlo en fotos. Hoy viajé en metro con Arminá (mi nueva hermana), hacia la Plaza República, donde nos encontramos con Ani (amiga uruguaya) y Asdjig (su nueva madre). Fuimos a la Cascade, quiero conocer mas de su historia. Toda la arquitectura invita a mirar hacia arriba, muchos ornamentos, mucha amplitud. A la noche Asdjig nos invitó a comer, todos son muy hospitalarios. Me doy cuenta que no preciso más que buena compañía y una ducha caliente (hace mucho frío). Ya extraño a mis seres queridos, el no estar constantemente conectada con ellos me hace pensar que se van a olvidar de mi (es raro, si). Creo que tengo jetlag, son las 3 am y parece que no tuviera sueño, no se. Ani se va el Miércoles a Gyumri, la voy a extrañar! Es muy lindo hacer complot con personas del mismo país que uno. Aquí se habla en armenio, inglés y español, me confundo y mezclo palabras de los tres idiomas, ja! Que intriga la agencia de diseño, me irá bien? Noto que acá se valora mas la profesión de Diseño Gráfico, es lindo :). Ah! Hoy se conmemora a Surp Sarkis, es un hombre a caballo, quiero saber mas de él también, pero parece que luchó mucho por reencontrarse con su amada y por eso hoy es un santo reconocido por cumplir los sueños de amor (...) Escribo lo que me voy acordando del día para que quien vea esto pueda percibir algo de lo que vivo. Espero poder dibujar mas. Intentaré dormir algo.

Adrine Kechichian

Uruguay, Montevideo, 2019