La Nueva Normalidad: Cuarentena en Armenia

Cuando el pánico de la crisis del coronavirus tomó por primera vez el escenario global, las universidades llamaron a sus estudiantes de intercambio en el extranjero a casa, las asignaciones de Peace Corp se interrumpieron y los voluntarios de Birthright Armenia estaban en el limbo: ¿debemos quedarnos o debemos irnos? Después de todo somos armenios, podemos sobrevivir a cualquier cosa, especialmente a algunos síntomas parecidos a los de la gripe. Mientras me tambaleaba entre las dos decisiones, sopesando las ventajas, estar en casa a salvo con mi familia a la que no había visto en meses, y las desventajas, como que mi experiencia de Birthright Armenia se interrumpiera y dejara atrás las relaciones que había comenzado atrás … Parpadeé y de repente fue demasiado tarde y la decisión fue tomada por mí. A medida que se cancelaron los vuelos y se cerraron las fronteras, Armenia implementó estrictas medidas de bloqueo que restringieron el movimiento dentro de la ciudad solo a salidas esenciales. La noche de mi cumpleaños número 23, los coches de la policía recorrieron la ciudad con una grabación que anunciaba la nueva normalidad: "A partir de mañana, 25 de marzo, si necesita salir de su casa, debe estar preparado para mostrar a las autoridades su pasaporte y llenar un formulario y una aplicación que indique los detalles de quién es usted, adónde va y cuándo volverá ". Ya habíamos estado trabajando desde casa durante aproximadamente una semana en ese entonces, pero no poder salir de la casa, excepto para ir al supermercado, parecía bastante abrumador. Me preocupaba que mis días productivos y mis tardes llenas de diversión en Ereván hubieran llegado a su fin. Sin embargo, después de unos días, la conmoción inicial comenzó a desaparecer, y yo y los otros comenzamos a aprovechar al máximo nuestro nuevo tiempo libre en casa. Con la ayuda de mi familia anfitriona, comencé a dedicar más tiempo a aprender y practicar el armenio, recordando las palabras que escuché de niño y recordando los recuerdos que suscitaban. Trabajé, leí, escribí, hablé con amigos en línea, intento aprender a tocar el piano, hago ejercicios en casa y paso tiempo con mi familia anfitriona. Ya sea que estemos disfrutando de una taza de surdj (café) juntos y contemplando las hermosas vistas desde nuestro apartamento por la mañana, o teniendo un torneo de backgammon por la noche, siempre estamos haciendo todo lo posible para celebrar los momentos positivos de este momento difícil y evitar la era covid lo mejor que podamos.

Christina Voskanian

Estados Unidos, 2020