La constante del cambio: un ensayo sobre el voluntariado en Armenia

UNA RETROSPECTIVA AL 2023

A partir de la publicación de este ensayo, me estoy acercando rápidamente al final de mi mandato como voluntario de Birthright Armenia. El final del programa me llamó la atención muy, muy raído; como si estornudar mis cuatro meses y medio de servicio voluntario pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Y reflexionando sobre los días previos de mi servicio voluntario esta primavera, me resulta difícil creer que me preparé para abordar mis vuelos a Armenia esperando que gran parte del status quo de mi vida en Boston continuara de manera efectiva, únicamente en un nuevo entorno. Esperaba tener la misma estabilidad, rutinas y experiencias de vida en Boston mientras pagaba las cosas en trams armenios.

No pude haber estado más equivocado sobre mis expectativas acerca de la experiencia que tendría como voluntario. Estoy inmensamente agradecido de haber comprobado que estaba equivocado, ya que mis experiencias mientras trabajaba acá en Armenia fueron transformadoras; esto cuatro meses me contribuyeron fuertemente al compromiso con mi identidad de la diáspora, un sentido fortalecido de propósito en mi trayectoria profesional, y el establecimiento de cálidas amistades dentro de Birthright/AVC y en toda Armenia.

LO QUE ME ATRAJO ACÁ: UN LEGADO FAMILIAR

El motor de mis viajes a Armenia y el trabajo que hice fueron la historia de supervivencia de mi bisabuela: Varter Boghosian. Varter nació y creció en el pueblo armenio occidental de Korpe, un pequeño pueblo fronterizo en las afueras de Kharberd (Kharpet). Como una niña chica que sobrevivió al Genocidio Armenio, su viaje mediante las caravanas de deportación y su eventual escape a Marsella mientras cargaba con la carga de perder a casi toda su familia fue algo que me hizo sentir humilde y me conmovió de maneras que todavía estoy descubriendo. Informó mi interés en los Estudios del Genocidio y el trabajo que realizaría en el Museo-Instituto del Genocidio Armenio, y ayudaría a facilitar las conexiones que crecieron bajo el abrazo de Varter a viajar a Armenia y encontrar un grado de cierre de un trauma intergeneracional entorno a su viaje de Korpe a Worcestter, Massachusetts. Después de haber sido invitados al memorial por el director Harutyun Marutyan y la directora científica Edita Gzoyan para contar la historia de Varter y consagrarla en el instituto, la experiencia fue catártica para todos nosotros.

Mi tiempo acá estuvo marcado por el crecimiento profesional y el descubrimiento de un sentimiento profundo de propósito en mis metas profesionales. El trabajo que realice con el Instituto-Museo del Genocidio Armenio me permitieron perseguir una pasión de importancia profunda para mí: narrar las historias de las víctimas de atrocidades y preservarlas con la esperanza de ayudar a prevenir que se repitan. La oportunidad en Dzidzernaghapert fue el atractivo tangible de mi viaje a Armenia; partir como el primer “Embajador de la Memoria” es un honor profundo que voy a atesorar durante los próximos años mientras continúo como miembro del personal de la división de investigación de Dzidzernaghapert en los Estados Unidos. Mis experiencias laborales adicionales en el Proyecto Armenio fortalecieron mis habilidades de investigación legislativa bajo la supervisión de académicos e investigadores talentosos que se especializan en geopolítica armenia. Y, además, la oportunidad de trabajar con mi hermano gemelo en la Embajada de Artsaj en Ereván me brindaron la oportunidad de hacer conexiones con la oficina del Ministro de Relaciones Exteriores y completar un trabajo de propósito significativo para ayudar a Artsaj en su búsqueda de reconocimiento político en el post panorama geopolítico 2020. Las conexiones profesionales duraderas que hice con académicos que me ofrecieron su tutoría, investigadores que compartieron su pasión y experiencia conmigo, y funcionarios gubernamentales que me trataron como a un protegido serán los que sin duda cambiarán mi trayectoria profesional.

AMIGOS HECHOS Y NO OLVIDADOS

El tiempo que pasé acá como voluntario en Armenia estuvo marcado por fuertes amistades hechas tanto dentro de Birthright Armenia como de Armenian Volunteer Corps. Tuve la suerte de haber encontrado una comunidad de amigos y compañeros cálidos, amables y atentos que me hicieron sentir aceptado desde el día que aterricé en Zvartnots y continuaron haciéndolo mientras me adaptaba a la vida acá en la República. Entre picnics grupales en el embalse de Azat, reflexiones sobre la vida mientras viajaba en el tren a Gyumri o recuerdos de las noches que pasé bailando en las discotecas de Ereván, realmente sentí que había estado con amigos mientras estaba acá en Armenia mediante los altibajos de la experiencia como voluntario. Su apoyo ayudó a definir esta experiencia por lo que fue: transformadora.

Sin embargo, estas conexiones no estuvieron limitadas a las amistades intracomunitarias: me siento honrado por la calidez y la hospitalidad que los armenios me ofrecieron universalmente como viajero y voluntario acá. Haber sido invitado a la casa de alguien para tomar café y ser tratado como un miembro de su familia con una hora de mi llegada, amplió mi visión del mundo durante estos últimos meses. Me volví mas consciente de mis antecedentes como ciudadano estadounidense y miembro de la diáspora armenia. Entre la amabilidad de mi familia anfitriona en Ereván, la infinidad de frutas secas y el vino casero que se ofrecen en los cañones de Vayots Dzor o las carcajadas mientras cuento historias con familias que abarcan generaciones en Arakadzodn, termino mi servicio voluntario recordando con cariño a los armenios que encarnan los principios de la “hospitalidad armenia” y tratan a los huéspedes con calidez de una manera que es verdaderamente humilde, y me desafió a brindar esa calidez a los demás.

MIRANDO HACIA EL FUTURO

Con preguntas en mi mente durante estas últimas semanas de mi servicio voluntario como diáspora, me uní a Sevan, el Director de Birthright Armenia para dos reuniones invitadas de almuerzo con algunos amigos de ideas afines acá. Habiendo reflexionado sobre mis propias experiencias como diáspora y la naturaleza inclusiva de Birthright/AVC, le pregunté sobre la relación de varios voluntarios que tengan finalmente con Armenia. Señaló que la misión tanto de Birthright como de Armenian Volunteer Corps es proporcionar un sentido de “propiedad” a la conexión de uno con Armenia y los medios a través de los cuales nutrirla. Ese comentario resonó en mí inmediatamente, y me encontré pensando sobre mi futuro en relación con Armenia; no simplemente uno que está conectado a mi identidad diaspórica, sino uno que es elegido por razones más allá de la ascendencia. En el cruce en el que me estoy preparando para partir de Armenia y regresar a Nueva Inglaterra para continuar mis estudios y trabajo, siento una sensación de confianza por haberme comprometido con la elección de participar en un trabajo que proporciona un profundo sentido de propósito y apoya el trabajo indispensable de armenios que están luchando por documentar y preservar la memoria, comprender mejor el entorno geopolítico del sur del Cáucaso y luchar por la justicia y los derechos políticos de los civiles sitiados.

Con esto en mente: el final de mi período de voluntariado no marca el final de mi compromiso con las relaciones profesionales y las amistades duraderas forjadas durante mi período de voluntariado acá. A partir del verano de 2023, voy a continuar trabajando con el Museo-Instituto del Genocidio Armenio como investigador de Boston, y espero volver para continuar con la investigación académica acá en el sitio el próximo año. Ya sea para promover el trabajo que comencé en el sitio con mis puestos en Ereván, reconectarme con mis queridos amigos y valiosos colegas con los que tuve el placer de cruzarme, o simplemente para descubrir más rincones de la República y sentir la hospitalidad de su gente, no tengo intenciones de que este viaje inicial y el período de3 voluntariado sean indicativos de mi “viaje único” a Armenia. En cuanto al próximo viaje a la República: es menos una cuestión de “sí” y más una cuestión de “cuándo”.

Para brindar un consejo a cualquiera que esté considerando ser voluntario tanto con Birthright Armenia o Armenian Volunteer Corps: sin importar tu identidad, realmente es una experiencia que cambia tu vida para poner tus pies en la tierra acá en Armenia. Te va a desafiar tus perspectivas del mundo y ampliar tus horizontes; te va a brindar un sentimiento de comunidad duradera con personas de ideas afines de todas las edades; muy bien puede proporcionarte un sentido de “propiedad” en el trabajo que realices acá. Y si tu experiencia es como la mía: vas a partir de Zvartnots como una persona verdaderamente cambiada.